(NARRA ANGIE)
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¿Diga? –contesté al segundo tono del
teléfono.
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Angie, soy Mel –dijo la otra voz al
teléfono.
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Ah, hola cielo, ¿dónde estás? –pregunté.
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Acabo de llegar a la ciudad, estoy saliendo
del aeropuerto de Londres ya en un taxi. Voy a mi apartamento.
-
En un par de horas voy y vamos a cenar
¿vale?
-
Perfecto –dijo para después colgar.
Por fin estaba aquí, llevaba dos días sola esperando
este momento. Llegué a mi piso saludando para comprobar si había alguien pero
nadie contestó. Me metí en la ducha y me vestí para ir hacia su apartamento.
-
¿Sí?
-
¿Mel? –pregunté.
-
Sí, sube –dijo al otro lado del telefonillo.
Se abrió la puerta sola y me monté en ese gran ascensor
que me llevó a la tercera planta. Salí y me encontré con ella por fin.
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¡Preciosa! –exclamó abriendo sus brazos.
-
Te eché de menos –dije.- Sigues igual de
pesada con el tiempo ¿eh? –se rió.
-
Es que no me das el suficiente para
prepararme –se quejó separándose de mí.
Entramos a su enorme apartamento. La sala principal era
casi como mi piso, a la izquierda un baño y a la derecha la cocina seguida de
un pasillo que llevaba a las demás habitaciones.
-
Ponte cómoda, voy a terminar de vestirme
–dijo.
Entré en la cocina y me quedé con la boca abierta. Era
increíblemente grande y luminosa. Todo en tonos claros, lilas y blancos. Nevera
gigante, encimera de mármol y en medio de la cocina una mesa, también de
mármol, mitad encimera y la otra mitad a una altura algo más baja con un par de
banquetas.
Abrí la nevera esperando que no hubiese nada pero otra
vez me sorprendí al ver que estaba hasta arriba. Agarré un refresco y me dirigí
a la sala otra vez.
-
¿Cuándo has comprado la comida? Acabas de
llegar -pregunté analizando el salón.
-
Mis padres se lo mandaron a alguien, ya
sabes –contestó alzando su voz desde la habitación.
Un sofá de unas cinco plazas en tonos grises se
encontraba al fondo de la sala pegado a la pared, delante suya una alfombra
blanca con una mesa de café negra encima y en medio de la sala un televisor
enorme. Al fondo todo cristaleras y a la derecha un aparato de música gigante y
la pared llena de discos de vinilo.
Salió por fin y nos fuimos a cenar. A pesar de que ella
era española y yo inglesa, ella conocía mucho más Londres gracias a los miles
de viajes que había hecho hasta aquí por el trabajo de sus padres.
Entramos a un restaurante bastante lujoso pero sin
excederse.
-
Oye, a mí me apetecía pizza –me quejé ya
dentro.
-
¿Qué crees que hacemos en un italiano? –se
rió.- Tienen las mejores pizzas de todo Londres.
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Perfecto, pero si la pizza excede la mitad
de mi sueldo voy a tener que pedir la masa sola –se rió.
-
Tranquila, yo pago –dijo sonriendo.
-
No quiero…
-
Cállate por dios Angels que sabes que me
sobra –asentí.
-
No me llames así
-
Lo que tú digas –rió.
Cenamos y por supuesto, ella la pagó, me había quedado
corta, la pizza valía al menos mi sueldo completo, esta chica tendría una mina
de oro.
Salimos de allí y empezamos a caminar por esas
preciosas calles conversando.
Antes de volver a casa me pidió que pasase por su casa
pronto al día siguiente y yo, a pesar de no saber para qué, acepté.
Al día siguiente me levanté tarde. Me duché, peiné y
vestí para dirigirme a su casa como horas antes me había dicho que hiciese.
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¿Sí?
-
Melisa, soy yo –dije.
-
Sube, vamos –me apresuró.
La puerta se abrió y subí al ascensor hasta llegar a su
piso.
-
¡Ven aquí! –gritó desde el vestidor. Era
una sala tan grande como mi habitación llena de armarios rebosando ropa y en
medio un sofá sin respaldo para sentarse. Las paredes laterales envueltas en
espejos.- Verás, vamos a ir a un concierto privado, empieza a las ocho pero hay
que estar allí a las siete y media porque como es privado podremos hablar un
poco con ellos.
-
Con ellos ¿quiénes? –pregunté algo
desubicada.
-
Tus chicos, los direction esos –dijo seria
y me reí.
-
¡¿QUÉ!? ¿En serio? ¡Venga ya! –dije sin
creérmelo mientras una sonrisa luchaba por engrandecerse más y más- ¡Pero si no
sabes ni quienes son!
-
Ya, pero a ti te gustan, bueno, te encantan,
y no hay nada mejor que hacer. Además las entradas estaban super baratas. –dijo
tranquila mientras rebuscaba en uno de sus armarios.
Solté un chillido mientras saltaba por la habitación y
después me tiré a abrazarla. Ella se quejó un par de veces pero a la vez se
reía.
Comenzamos a elegir la ropa que nos pondríamos y tras
una larga hora discutiendo por el modelito terminamos. Salimos de casa, paramos
a tomar un café y llegamos por fin al lugar del concierto. Todo era extraño, no
había miles de chicas chillando en la salida ni cientos de cámaras sacando
fotos. Parecía ser, además de privado, no difundido.
Entramos al edificio y un señor nos guió hacia una
sala. Abrimos la puerta y ya había unas cuantas chicas allí dentro, no faltaba
nada para que empezara y por lo que veía íbamos a ser bien pocas. Nos
sentábamos en pequeñas mesas.
Mi pierna golpeaba el suelo regularmente por los
nervios y mordía mi labio esperando a que apareciesen.
Entonces una puerta se abrió y escuché unos cuantos
gritos. Yo me comencé a poner más nerviosa pero no quería chillar y parecer una
histérica. Mire a Mel que ponía sus ojos en blanco al ver como una chica
lloraba sin ni siquiera haberles visto. Sin poder evitarlo solté una carcajada
ayudada por los nervios de la situación.
-
Hola –dijo una voz masculina muy cerca de
nosotras.- Yo soy…
-
Oh, ¡venga ya! –exclamó Mel y yo la miré
asustada. Me giré a verle. Su voz.- Liam, ¿qué haces aquí? –dijo divertida. Mi
boca se abrió ampliamente mientras miraba a uno y otro alternativamente.
-
¿Mel? Pensaba que no sabías que formaba
parte de esta banda –dijo él acercándose a darla un pequeño abrazo. Yo no reaccionaba,
simplemente observaba lo que pasaba incrédula.
-
Claro, no lo sabía –dijo ella.- He venido
con Angels –la pegué por debajo de la mesa.- Angie –corrigió.
-
Vaya, tú eres la chica del meet and greet
¿verdad? –sonreí enrojeciendo levemente. Se acercó y besó mis mejillas.
-
¿Cómo…? ¿Desde cuándo…? ¿Por qué…? –no
terminaba una frase y ellos se rieron.- ¡Vosotros os conocéis! –exclamé por
fin.
-
Sí, le conocí hace bastantes meses cuando
vine por trabajo y hablábamos de vez en cuando –dijo ella tranquila.
-
¿Cuándo pensabas decírmelo? –pregunté
exaltada.
-
Eh, tranquila, yo no sabía que era famoso
–se excusó.
-
Oye Mel, después de este pequeño concierto
estamos libres, ¿os apetece venir a
cenar algo con nosotros?
Abrí mis ojos y ellos se rieron.
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Claro, me apetece mucho, más que a ella
–dijo divertida.
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Aquí os dejo un nuevo capi bonitas. Por el momento sé que es un poco aburrido pero es el comienzo, ya en los próximos habrá más contactos y movimiento en la nove. Intentaré subir lo antes posible.
Gracias por leer amores. Os quiero.
Me encanta !! yo también quiero ir jajajajaja besos preciosa espero que todo te vaya muy bien xx ♥
ResponderEliminarMe encanta me encanta me encanta ♥
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarYo quiero una amiga como ella, que conoce a Liam, que me paga una entrada para un concierto privado ellos fjkgnmerhjgtuui*--* Siguiente cielo :)(@alca97)
ResponderEliminarHolaaaaa :) Soy una nueva lectora y me esta encantando, avisame por twittah por favor @4everSweetSara ;)
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